Historico del proyecto
Desde los años 70 hay la Cuenca del Rio Xingú, en el estado de Pará, es codiciada para la construcción de usinas hidroeléctricas. Era estudiada la posibilidad de construcción de 6 usinas, gracias al potencial de generación de energía la cuenca. El proyecto Belo Monte fue remodelado muchas veces y en 1994 fue presentado nuevamente con la previsión de reducción del área embalsada.
En 2008 el Consejo Nacional de Política de Energía decidió que la usina Belo Monte sería la única de las 6 usinas a explorar el potencial energético de la Cuenca del Rio Xingú. La usina será la tercera mayor del mundo, atrás solo de la Usina de Tres Gargantas (China) y la de Itaipu (frontera de Brasil con Paraguai).
En febrero de 2010, el IBAMA (Instituto Brasileño del Medio Ambiente y Recursos Renovables) concedió la licencia previa para Belo Monte, con 40 sobre el proyecto. En abril se ha realizado la subasta para saber cuál empresa va a construir la usina, que tiene previsiones de empezar a funcionar en 2015.
El Proyecto para el gobierno
Para el gobierno la principal de las ventajas de la Usina Belo Monte es el precio competitivo que la energía producida ahí tendrá. Ya se sabe que el precio es mitad del precio de la energía producida en una usina termoeléctrica.
El presidente de la estatal EPE (Compañía de investigación de energía), Maurício Tomalsquim, cree que la población local es favorable al proyecto porque los empresarios tienen que invertir 3,3 billones en ciudades próximas de la usina, como Altamira (105 mil habitantes). Ese valor es 19 veces el presupuesto de todo el estado de Pará (donde está la Cuenca del Rio Xingú) y será invertida en una región muy pequeña del estado. El gobierno cree que la construcción creará 18 mil empleos directos y 23 mil empleos indirectos.
Las críticas
Críticos del proyecto afirman que la usina puede ser ineficiente para producir energía. Según Francisco Hernandez, investigador del Instituto de Electrotécnica y energía de la universidad de São Paulo, el flujo de agua puede variar entre 800 y 28 mil metros cúbicos por segundo al largo del año. Así, la usina produciría solo 39% de toda su capacidad. El gobierno contesta admitiendo que la usina no va a producir toda energía que tiene capacidad, pero que esa reducción es gracias a las modificaciones hechas para que el impacto ambiental sea menor. Además, afirman que el precio de la energía será suficientemente competitivo lo que justifica la construcción.
Francisco Hernandez también alerta que con la interrupción del Rio Xingú por más de 100 km habrá una reducción drástica de ofrenda de agua en una grande región, donde están poblaciones “ribeirinhas” (que viven en los bordes de los ríos), pescadores, dos municipios y dos tierras indígenas (Juruna do Paquiçamba y Arara da Volta Grande do Xingú).
La fauna y la flora que haya en la región de la usina sufrirían daños irreversibles. Según la EIA (Estudios de Impacto Ambientales) en la zona hay una diversidad increíble (4 veces la diversidad encontrada en toda la Europa). Son 174 especies de peces, 387 de reptiles, 440 de aves y 259 de mamíferos. Hay también algunas especies endémicas (especies que solo existen en la región).
Hay también una población de 13 mil indios y 24 grupos étnicos que viven al largo de la cuenca, y que el proyecto desconsidera. Con la construcción de la presa, esa población que vive ahí por más de mil años tiene que moverse. Es una falta de respeto con eses pueblos y sus culturas.
Cacique Raoni
Hoy hay algunas manifestaciones populares contra la construcción de la Usina Belo Monte. El lloro del Cacique Raoni (un líder indígena que lucha pelos derechos de todos los pueblos indígenas) ha motivado mucha gente a hacer algo. Hay manifestaciones en São Paulo, Rio de Janeiro, y algunas fueran organizadas usando el Facebook.
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